63 Europio

Eu

Valencia: 
Estado de oxidación:	
Electronegatividad:
Radio covalente (Å):
Radio iónico (Å):
Radio atómico (Å):
Configuración electrónica:
Primer potencial de ionización (eV):
Masa atómica (g/mol):
Densidad (g/ml):
Punto de ebullición (ºC):
Punto de fusión (ºC):
Descubridor:
Espectro de emisión del europio
Espectro de absorción del europio

El europio es un elemento químico con el símbolo Eu y número atómico 63, perteneciente al grupo de los lantánidos o tierras raras. Su nombre deriva del continente europeo, reflejando su descubrimiento en Europa en el siglo XIX.

La etimología de ‘europio’ proviene directamente de ‘Europa’, honrando así su lugar de origen. Fue identificado por primera vez por el químico francés Eugène-Anatole Demarçay en 1896, quien observó un elemento desconocido mientras analizaba muestras de samario.

La extracción del europio es un proceso complejo que implica varios pasos para separarlo de otros minerales. Inicialmente, el europio se encuentra en minerales como la monacita y la bastnasita. Para extraerlo, se emplean métodos como el intercambio iónico, la extracción con solventes o la deposición electroquímica. Una vez separado, el óxido de europio de alta pureza se reduce con metal lantano para obtener europio metálico, que luego se sublima para purificarlo aún más. Este proceso requiere un control cuidadoso y condiciones específicas para asegurar la obtención de europio en su forma más pura y utilizable para diversas aplicaciones industriales y tecnológicas.

Este elemento se caracteriza por ser el más reactivo dentro de las tierras raras, comparándose en reactividad con metales como el litio, el calcio y el bario. Su obtención es compleja y costosa, ya que requiere de procesos especializados para extraerlo libre de impurezas.

En cuanto a sus propiedades químicas, el europio posee una estructura cristalina cúbica centrada en el cuerpo y es conocido por su luminiscencia, especialmente en compuestos con número de oxidación +3, como el Eu2O3, que se utiliza como fósforo rojo en dispositivos electrónicos y en las marcas anti falsificación de los billetes de euro. Además, debido a su alta reactividad, el europio tiene aplicaciones en la fabricación de veneno nuclear, utilizado para absorber neutrones en reactores nucleares. También se emplea en el dopaje de materiales para modificar sus propiedades, como mejorar el brillo en las televisiones de plasma.

En términos de salud, es importante manejar el europio con cuidado debido a su reactividad, aunque no se conocen efectos adversos significativos en la salud humana por su exposición en condiciones normales de uso.