38 Estroncio

Sr

Valencia: 
Estado de oxidación:	
Electronegatividad:
Radio covalente (Å):
Radio iónico (Å):
Radio atómico (Å):
Configuración electrónica:
Primer potencial de ionización (eV):
Masa atómica (g/mol):
Densidad (g/ml):
Punto de ebullición (ºC):
Punto de fusión (ºC):
Descubridor:
Espectro de emisión del estroncio
Espectro de absorción del estroncio

El estroncio es un elemento químico intrigante con el símbolo Sr y número atómico 38. Su historia comienza en las minas de plomo de Strontian, Escocia, donde fue descubierto en el mineral estroncianita por Adair Crawford y William Cruickshank en 1790. El nombre «estroncio» proviene precisamente de esta localidad, reflejando su origen geográfico.

Desde su descubrimiento, el estroncio ha capturado el interés de los científicos debido a sus propiedades químicas únicas. Es un metal alcalinotérreo, blando y de color plateado brillante que reacciona vigorosamente con el agua y el oxígeno. Esta reactividad se manifiesta en su tendencia a oxidarse rápidamente en presencia de aire, adquiriendo un tono amarillento. Para evitar esto, se conserva sumergido en parafina.

En cuanto a su obtención, el estroncio se extrae principalmente de dos minerales: la celestina (SrSO4) y la estroncianita (SrCO3). Estos compuestos se encuentran en diversas partes del mundo, siendo China, España y México algunos de los mayores productores.

Las aplicaciones del estroncio son variadas y abarcan desde la pirotecnia, donde sus sales volátiles pintan las llamas de un hermoso color carmesí, hasta usos más técnicos como la producción de imanes de ferrita y cerámicas. Además, en el campo de la medicina, el ranelato de estroncio se utiliza para promover el crecimiento óseo y tratar la osteoporosis, mientras que el isótopo radiactivo 89 Sr se emplea en terapias contra el cáncer.

La salud humana y el estroncio tienen una relación compleja. Dado que es químicamente similar al calcio, el cuerpo puede incorporar estroncio en los huesos. Sin embargo, esto también significa que isótopos radiactivos como el 90 Sr pueden ser peligrosos, ya que se depositan en el tejido óseo y emiten radiación durante su desintegración. Por ello, es crucial manejar el estroncio con precaución y seguir las directrices de seguridad establecidas.